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Es la guerra del verano. La tranquilidad de la playa naturista del Mar Negro se ha visto quebrada por el influjo del dinero postcomunista, los promotores y los turistas ruidosos. La situación ha llevado a los naturistas a poner en marcha una campaña internacional para Salvar Vama Veche frente al desarrollo turístico desenfrenado que ha descubierto en este paraiso nudista una posible fuente de gran negocio. La movilización en defensa del paraje consiguió reunir el fin de semana a 10.000 personas con motivo de varios actos musicales. Vama Veche, en la frontera con Bulgaria, saltó a la fama en la década de 1960 como un oasis de libertad, en donde poetas y escritores se refugiaron, al desnudo, lejos de la mirada vigilante del estado comunista, a pesar de los ocasionales controles policiales. Con el ansiado fin de la dictadura de Ceaucescu llegó también el turismo de masas y el final de la prohibición de construir para pasar a un estado en el que se puede edificar sin control debido a la ausencia de leyes reguladoras. Es le "capitalismo salvaje", según advierten algunos. Ahora hay treinta bares en la playa y ha comenzado la destrucción del medioambiente. "El cambio es normal, pero todo se construye sin lógica, gusto ni estilo. Es demasiado caótico", señala un habitual de Vama Veche que ya anuncia que no regresará al que fuera un paraiso del naturismo en Rumanía. FUENTE: Newsday.com / Traducción automática al español
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